GEOPOLÍTICA COMO CIENCIA APLICADA

    La Geopolítica es la ciencia que, a través de la geografía política, la geografía descriptiva y la historia, estudia la causalidad espacial de los sucesos políticos y sus futuros efectos. La geopolítica representa uno de los instrumentos para definir las estrategias de la colonización del mundo.

    La geografía política es un campo de la geografía que tiene como principal objetivo tratar de analizar y comprender a nivel regional y general la manera en que el medio geográfico, y los recursos que en él hay, influyen a los hechos y fenómenos políticos y viceversa.
    

El ámbito de estudio por el que se interesa la geografía política es muy amplio, ya que su principal objeto de estudio son las instituciones políticas creadas por el hombre que son de todo tipo, pueden ir desde un pequeño grupo de personas bien organizado y jerarquizado hasta un gran bloque económico o político de carácter internacional y no tratarse solamente de países. Siendo complejo este concepto es por ello que la Geografía Política se va a interesar en todo los aspectos afines como el proceso político, sistemas de gobierno, repercusión de las acciones políticas, etc. El espacio geográfico (poblaciones, territorios, zonas, etc.) es otro objeto de interés para la Geografía Política, factor que la diferencia de la mera Ciencia Política, ya que igualmente es un tema de estudio el medio en que se desarrollan las instituciones políticas.
 

Inicios y evolución histórica

    Ciencia fundada por el geógrafo de origen sueco Rudolf Kjellén (1864-1922). En 1900 con su libro "Introducción a la geografía sueca" expuso los rudimentos básicos de la misma. En 1916 produjo su libro más importante: "El Estado como organismo viviente" ("Der Staat als Lebensform"), donde el término geopolítica fue utilizado por primera vez. Los principios de dicha ciencia en el pensamiento geoestratégico habían sido tratados por el también geógrafo alemán Friedrich Ratzel. Según éste, los Estados tienen muchas de las características de los organismos vivientes. También introdujo la idea de que un estado tenía que crecer, extender o morirse dentro de "fronteras vivientes", por ello tales fronteras son dinámicas y sujetas al cambio.

    A principios del siglo XX varios geógrafos anglosajones amplían las reflexiones de Ratzel a problemas militares y geoestratégicos. Así geógrafos como el almirante estadounidense Alfred T. Mahan postulaban la importancia estratégica del dominio naval como clave para la dominación mundial (Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine el comercio mundial domina el mundo) o el político Sir Halford John Mackinder, que desarrolló la teoría del Heartland (región cardial) o áreas pivote, grandes zonas continentales cuyo control facilitaría el dominio del mundo, un excelente ejemplo de la aplicación de estas teorías geopolíticas sobre todo de los autores estadounidenses es, la compra de los territorios donde ahora se encuentra el extenso estado de Alaska, el cual en su momento fue comprado por los Estados Unidos de Norteamérica al Imperio ruso, y que ha contribuido a mantener a los estados asiáticos a raya con respecto a Canadá y en general a la parte norte del continente americano.

    La geopolítica tuvo gran interés en la Alemania de principios del siglo XX y alcanzó una gran difusión durante el nazismo. El alemán Karl Haushofer modernizó la geografía política, utilizándola como instrumento que justificaba la expansión territorial de Alemania durante el Tercer Reich y desarrollando las teorías de Ratzel del espacio vital (Lebensraum). De todas formas, existen ciertas actuaciones del régimen nazi que no se corresponden con las teorías de Ratzel y Haushofer, como la cesión del Tirol del Sur a los italianos, zona poblada en su mayoría población germana.

    Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta ciencia durante los años 1930 y 1940 como camino para alcanzar un poder global. La utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota alemana, su descrédito y olvido, sobre todo en el ámbito académico. No obstante, otras personas, como militares o diplomáticos, siguieron interesándose por esta rama de la geografía. A partir de los años 1970 la geopolítica recuperó el interés perdido y ha vuelto a crecer actualmente al amparo de las tensiones internacionales surgidas. Conceptos como eje, estado tapón, países aliados, área comercial, etc., son términos geopolíticos comúnmente utilizados.

    Otros importantes aportes durante la segunda mitad del siglo XX fueron los de Alexander Seversky (1894-1974), quien codiseño el avión de combate Republic P-47 Thunderbolt, principal avión de los EE.UU. a partir de 1942, quien en su obra el “Poder Aéreo: clave para la sobrevivencia” sostuvo que por su eficiencia y rapidez el poder aéreo tiene mayor importancia que el terrestre y el marítimo y enunció su máxima "quien logre la supremacía aérea obtendrá el poder global".

    Asimismo y en las misma época, Nicholas Spykman, considerado uno de los pensadores geopolíticos más importantes del siglo XX, postuló en su obra "Estados Unidos frente al Mundo“ (1942), que "quien logre el control de las áreas periféricas o Rimland del continente Euroasiático gobernaría Eurasia". Desarrollo las ideas de Mackinder aunque contrapuso las propias y es considerado el ideólogo de la contención durante la guerra fría, y de la proyección del poder nacional norteamericano aún en el siglo XXI.

Guerra asimétrica


    La guerra asimétrica es un conflicto violento donde existe una gran desproporción entre las fuerzas tanto militares como políticas de los bandos implicados, y que por lo tanto obliga a los bandos a utilizar medios fuera de la tradición militar común. Entre estos medios se cuenta la guerra de guerrillas, la resistencia, toda clase de terrorismo, la contrainsurgencia, el terrorismo de Estado, la guerra sucia o la desobediencia civil.

    En la guerra asimétrica no existe un frente determinado, ni acciones militares convencionales. Por el contrario, se basa en combinación de acciones políticas y militares, implicación de la población civil y otras operaciones similares.Recientemente, y dada la gran diferencia de poderío militar entre las grandes potencias y el resto de países del mundo, en éstos han empezado a surgir teorías de la guerra asimétrica más extensas.

    La Guerra Asimétrica es aquella en la que un actor beligerante, comparativamente débil y en desarrollo, se enfrenta a un Estado con Fuerza Armada poderosa, buscando combatir y ganar inicialmente más allá del teatro de operaciones. El grupo menos poderoso aplicará acciones y actos contemplados, o no, en las convenciones existentes sobre la guerra. El único límite será la imaginación y la decisión de quienes conducirán este tipo de conflicto. 

    Es la lucha que no admite ninguna clase de trabas. Es sinónimo de confusión y debe producir cambios en el tiempo y espacio. En el caso de una Guerra Asimétrica entre un Estado Nación contra otro, no existe un frente determinado, ni acciones militares convencionales, en esta batalla, el Ejército y la población deben combatir juntos, pues es muy difícil que se logre la victoria contra un enemigo superior, si no hay - en esta guerra que necesariamente tiene que ser prolongada - cohesión entre civiles y militares.
   
 Las acciones asimétricas no retan de manera frontal a una fuerza militar poderosa, pues, cuanto más pequeño sea el grupo, mayor será su movilidad y secreto. El logro de la victoria, cuando hay una desproporción tan grande de fuerzas, se basa en la iniciativa, la audacia y la sorpresa; situación que exige el desplazamiento continuo de las fuerzas irregulares. En la Guerra Asimétrica, la utilización de medios simples y baratos en muchas acciones y obtención de un efecto desproporcionado a su esfuerzo, repercutirá en la voluntad de lucha del más fuerte. Así se conseguirá el efecto agregado de manipular psicológicamente a la población del enemigo.

    El proceso de la toma de decisiones no sólo tiene lugar antes de la formulación del plan, sino también después. El plan debe ser modificado de acuerdo con la nueva situación. En casi todas las operaciones es rectificado parcialmente y, a veces, es cambiado por completo."Conoce a tu adversario y conócete a ti mismo y podrás librar cien batallas sin correr ningún riesgo de derrota", es un valioso consejo del estratega chino Sun Tzu, adagio que debe tomarse en cuenta para la confección del plan.

Niveles y Formas de Asimetría

La Asimetría Militar, es la más evidente, se muestra en los niveles táctico y operacional y es la que da el nombre a éste tipo de guerra. Se refiere a la diferencia de fuerzas militares que se enfrentarán en el teatro de operaciones y que llevarán al más débil a utilizar una serie de operaciones, tácticas y actividades complementarias o sustitutas de las operaciones convencionales. Para el análisis, se estima que la "estrategia operacional asimétrica" estaría finalmente compuesta por una combinación de métodos convencionales y asimétricos. Este nivel de asimetría será directamente proporcional al poder económico de los países enfrentados y a la categoría y nivel de atención que sus clases políticas haya prestado a los aspectos de Defensa y Seguridad.

La Asimétrica Política, se desarrollará en el nivel estratégico (campo de las ideas y voluntades) y buscará obtener ventajas políticas y jurídicas. Por ejemplo obtener el estatus de víctima ante la comunidad internacional como lo hizo Vietnam del Norte en contra de los EE.UU. y legalizar las actividades asimétricas realizadas por sus tropas. Sin embargo esto no es fácil, recordemos que Milosevic y Husseim no lograron colocarse como víctimas. En cualquier caso, en un mundo globalizado, una buena pista para correr esta "estrategia de asimetría política" es la tecnología de la información, que hace vulnerables a los estados por la presión política internacional.

    Este nivel de asimetría por su parte, dependerá de la habilidad que tenga cada país en manejar su política exterior para obtener un nivel de autonomía y cierto grado de libertad de acción en el contexto internacional, lo cual le permitirá afrontar los costos políticos que tiene la aplicación de cualquier guerra y en particular la asimétrica.

La Asimetría Tecnológica, común en las guerras recientes que enfrentaron o enfrentan a países desarrollados. Relacionada directamente con la Asimetría Militar, nos sugiere que será decisiva en los conflictos, cuando el oponente menos desarrollado se enfrente convencionalmente y no encuentre la manera de contrarrestarla con medios imaginativos. Sin embargo, enemigos decididos y pacientes la han contrarrestado utilizando la Guerra Asimétrica. Vietnam y la Guerra de Irak son claros ejemplos.

La Asimetría de la Voluntad, es importante porque mide cuanto están dispuestos a sacrificar y empeñar los adversarios. Consideremos que el débil normalmente pone en juego sus intereses vitales (territorio, población y supervivencia), frente al poderoso que apuesta intereses menos importantes, o por lo menos no vitales. La voluntad de lucha jugará un rol decisivo durante una guerra asimétrica, en los niveles operacional y táctico, en la moral combativa de las tropas y los ciudadanos. Como vemos, la asimetría de la voluntad sugiere para el débil los mayores costos y la aceptación de los mayores riesgos. El análisis costo beneficio corresponderá al nivel de la estrategia, donde la conducción política de la nación deberá decidir si está dispuesta a asumir esos costos y a disuadir a su pueblo para el sacrificio que involucra.

La Asimetría de la Paciencia, conceptualmente ligada a la Asimetría de la Voluntad será significativa. Tiene un componente cultural que hace que la perspectiva de tiempo sea diferente para cada pueblo o estado. Mide la preparación y resistencia de un estado para una guerra en el tiempo. Esta asimetría se presenta cuando un oponente está preparado para una guerra de larga duración, mientras que el otro está preparado para un esfuerzo limitado.

La conducción del conflicto:

    El conflicto de baja intensidad no niega la estrategia ni la estrategia operacional, ante cualquier situación de incertidumbre hay que aplicarlas, pero esta guerra rompe el esquema tradicional de los niveles de conducción del conflicto, al disminuir la importancia del nivel operacional, mediante la gran relevancia estratégica que cobran las acciones tácticas; a la vez que establece la asimetría que le da el nombre a esta nueva generación de la guerra. En el caso concreto de la guerra asimétrica y sus métodos no convencionales, no son válidos muchos de los elementos de la acción militar clásica como las grandes unidades, frentes de batalla, esfuerzos, líneas de comunicación, tren logístico, retaguardia etc.

    En esta guerra las batallas son sustituidas por pequeños enfrentamientos armados tipo guerrillas, golpes de mano, terrorismo, resistencia y desobediencia civil. Las líneas de comunicaciones clandestinas se confundirán con las líneas comerciales, las bases serán reemplazadas por escondites y depósitos, la logística adoptará alguna manera imaginativa, el control de la población se efectuará mediante la propaganda y el Comando y Control se verá afectado, más por la dispersión de la masa que por la tecnología, por lo que se tendrá que confiar en la discrecionalidad de los subordinados.

    Como vemos para una fuerza armada regular, aplicar esta concepción estratégica será ciertamente difícil y todo un reto que involucra, entre otras acciones, el análisis y cambio de la concepción estratégico operacional, la definición de doctrinas y un reentrenamiento de sus elementos.
Analizaremos a continuación como esta situación particular afectará los tres niveles de conducción del conflicto: Táctico, Operacional y Estratégico.

Nivel Táctico:

    Las acciones tácticas cobrarán la mayor importancia estratégica en este tipo de guerra, por lo que será necesario incidir en el entrenamiento y la coordinación de las mismas. Se requerirá la conformación de unidades orgánicas básicas diferentes a las convencionales (escuadras, pelotones, patrullas), para realizar las acciones a este nivel, como son: guerra (guerrilla) rural y urbana, acciones antitanque, antiaéreas, golpes de mano a la logística, retaguardia y comunicaciones del enemigo. Para esto será necesario desarrollar la doctrina correspondiente y entrenar a las tropas regulares, los combatientes civiles reclutados y la población que efectuará las funciones de apoyo. Esto se resume en la habilidad para explotar situaciones de vulnerabilidad del enemigo, a través de ataques a sus puntos débiles, utilizando métodos y aproximaciones no convencionales y aprovechando la sorpresa.

Nivel Operacional:

    Se requerirá una gran dispersión de la masa considerando el tipo de guerra asimétrica a utilizar. Partiendo de las nuevas unidades orgánicas básicas se tendrá que diseñar una organización de tarea hacia arriba para establecer los niveles de Comando y definir el sistema de Comando y Control a utilizar. Lo propio habrá que hacer con las comunicaciones y prevemos que se tendrá que confiar en la discrecionalidad de los Comandos, por lo menos a partir de cierto nivel hacia abajo. Tendrán que definirse las Reglas de Enfrentamiento, pues a diferencia de los grupos Transnacionales o Intraestatales (no regulares), que no se rigen por tratados internacionales, códigos de conducta, derechos internacionales para los conflictos armados, los Estados si están obligados por estos, aún cuando apliquen la Guerra Asimétrica.
También el Comandante Operacional en coordinación con las autoridades civiles y policiales deberá estructurar un sistema de Comando y Control para la población civil, ya que ella será parte activa en esta lucha.
    Esta concepción estratégica y los planes de operaciones deberán ser obligatoriamente puestos en conocimiento y aprobados por el nivel Estratégico (Político), considerando los muy elevados costos políticos que involucran, como veremos a continuación.

Nivel Estratégico (Político):

    Teniendo en cuenta que este tipo de Guerra Asimétrica, considera implícitamente la ocupación de parte del territorio por un Ejército invasor, situación que - para poder aplicar la Guerra Asimétrica – tendrá además que ser prolongada en el tiempo, se requerirá de un consentimiento y aval político, pues en ella no solamente están comprometidas las Fuerzas Armadas, si no también, como es obvio, el territorio nacional y la población civil. Esta situación conlleva un alto costo político a nivel interno que alguien tiene que asumir y que trasciende la responsabilidad de las jerarquías militares.

    Por otro, lado este tipo de Guerra involucra también golpes de mano el día "D" a la hora "H" sobre objetivos estratégicos en territorio enemigo, lo cual tiene también un elevado costo político externo, pues colocaría a nuestro país como el agresor en el contexto internacional y ante los organismos supranacionales regionales y globales. En el supuesto que estos costos sean asumidos debidamente a nivel político y por nuestra propia población, a este nivel estratégico le correspondería también evaluar el costo / beneficio de empañarnos en un conflicto de estas características.

    Asumiendo que nuestra actitud sea ofensiva y se autorice políticamente los golpes de mano para reducir en algo lo desigual del poder combatiente relativo, tengo serias dudas que cualquier país sub desarrollado o en vías de en desarrollo, tenga la suficiente libertad de acción para proceder de esa manera y quedar impune en el contexto internacional. Con seguridad será inmediatamente censurado y hasta sancionado internacionalmente. Lo cierto es que el privilegio de actuar así está reservado para las grandes potencias y sus socios estratégicos. Tenemos algunos ejemplos recientes de esta afirmación: Estados Unidos en Irak e Israel en el Líbano.

    De otro lado, si nuestra actitud va a ser solamente defensiva, no habrá una significativa reducción del Poder Combatiente Relativo, pues los golpes de mano después de iniciadas las hostilidades pierden su componente fundamental, la sorpresa. Asumiendo que luego de un tiempo prolongado (como es usual en estas guerras), nuestra estrategia nos de resultados positivos y se logre expulsar al ejército invasor, habrá que sentarse a la mesa de negociaciones pero para negociar qué, una indemnización de guerra?, eso ya no se estila. Simplemente nuestro país habrá llevado la peor parte, nuestro territorio estará destruido y nuestra población civil patrióticamente habrá tenido que pagar con su vida un costo altísimo en época como la actual, en la que las vidas humanas cobran mayor importancia.

    Bajo este ensayo mental es que consideramos que el nivel estratégico (político) tiene que ser debidamente informado de esta concepción estratégica operacional, pues como hemos visto, cuando un Estado la aplica tiene un alto costo interno y externo que afrontar, a diferencia de un perturbador Transnacional o Infranacional, que no tiene estatus jurídico y que, en su clandestinidad, tampoco está obligado por el Derecho Internacional Público y menos por el Derecho Internacional de los conflictos armados.




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